Los empleados de una empresa forestal del interior de nuestro país firmaron un acuerdo (“el Acuerdo”) con su empleador por el cual dejaban de trabajar los sábados y redistribuían esas horas de lunes a viernes. El Acuerdo fue firmado por todos los empleados y presentado en el Ministerio de Trabajo.
El tiempo pasó y los empleados continuaron cumpliendo sus funciones en el régimen presentado en el Acuerdo, es decir, trabajaban de lunes a viernes y descansaban sábados y domingos.
Pero un buen día los empleados decidieron reclamar como hora extra aquellas horas que excedían las ocho de trabajo; alegaron que el Acuerdo no era válido por no haber sido firmado por la organización sindical y por no estar plasmado en un convenio colectivo.
El caso llegó a la Suprema Corte de Justicia. La Corte entendió que le asistía razón a la empresa: en la medida que el Acuerdo establecía condiciones más beneficiosas para los empleados, no hay impedimento para desconocer tales condiciones por el hecho de no haber sido plasmadas en un convenio colectivo.
Por ello lo del título: los empleados quisieron desconocer lo que una vez firmaron y ejecutaron durante muchísimos años.
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