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Cannabis Medicinal

El interés del legislador
uruguayo en regular la plantación, cultivo, cosecha, acopio y comercialización
del cannabis para ser destinado a la elaboración de especialidades vegetales o
farmacéuticas para uso medicinal no es casualidad: son numerosas las enfermedades
y afecciones que pueden ser tratadas con esta planta.

La explotación del
cannabis es uno de los negocios de mayor actividad –y proyección- en el Uruguay
de hoy. Como se sabe, desde hace algunos años Uruguay se encuentra dentro de la
treintena de países que han legislado acerca del cannabis medicinal. Esta
circunstancia, sumada a ciertas peculiaridades tributarias del régimen
uruguayo, explica el crecimiento exponencial del sector.

El Decreto Nº 46/015 (4
de febrero de 2015) (“el Decreto”) define como “especialidad vegetal” a la
hierba o mezcla de hierbas de cannabis (psicoactivo y no psicoactivo) utilizado
con fines medicinales y como “especialidad farmacéutica”, a todo medicamento
simple o compuesto a base de cannabis (psicoactivo y no psicoactivo) con nombre
registrado en el Ministerio de Salud Pública (MSP) de fórmula
cuali-cuantitativa declarada, fabricada industrialmente y con propiedades
terapéuticas comprobables, que se comercializa en determinadas unidades de
venta”.

Ambas especialidades se
encuentran bajo control del MSP y deben registrarse en el Departamento de Medicamentos
de dicho organismo. Del mismo modo, los interesados en la elaboración e
industrialización de éstas, deben contar con habilitación del MSP.

Para realizar las actividades
de plantación, cultivo, cosecha, distribución y comercialización de cannabis
medicinal es necesario además obtener autorización por parte del Instituto de
Regulación y Control del Cannabis (IRCCA). Dicha autorización comprende el
otorgamiento de una licencia que habilita el desarrollo de la actividad, a
través de la cual se establecen los términos y condiciones a los que quedará
sujeta la misma. El solicitante de la licencia, está obligado a justificar la
finalidad para la cual será destinado el cannabis producido y a presentar la
habilitación expedida por el MSP en la que se autorice al destinatario del
cannabis producido a la elaboración de las especialidades vegetales y/o
farmacéuticas. Como parte del proceso de autorización, el IRCCA solicitará un informe
a la Secretaria Nacional Antilavado de Activos en forma previa al otorgamiento
de la licencia. En consecuencia, el IRCCA exige que los solicitantes de las
mismas incluyan información relativa a su estructura societaria (a los efectos
de una adecuada identificación y conocimiento del beneficiario final), así como
del origen de los fondos que serán destinados a la ejecución del proyecto.

Abonado el costo de la
licencia -el cual es fijado de acuerdo a ciertos parámetros pre-establecidos-,
el IRCCA inscribirá de oficio a las personas habilitadas en el Registro del
Cannabis Sección Cannabis Medicinal, determinando su plazo de vigencia.

La dispensación del
cannabis medicinal se realiza a través de las farmacias habilitadas a tales
efectos por el MSP. Únicamente podrán acceder al mismo aquellas personas
capaces, mayores de edad, que presenten una receta oficial expedida por su
médico tratante.

Para las actividades de
importación y exportación, se debe solicitar autorización a la División
Sustancias Controladas del MSP presentando un certificado de importación
expedido por las autoridades competentes del país importador en el que conste
que ha sido autorizada la importación del producto del cannabis que se
mencionan en él. Estas autorizaciones caducan a los 120 y 90 días de emitidas,
respectivamente.

En el correr del presente
año Uruguay ha realizado su primera exportación de cannabis medicinal. Martín
Rodríguez, director ejecutivo del IRCCA, en entrevista con El Observador, alegó
que proyecciones a nivel mundial dicen que el mercado del cannabis medicinal es
un mercado de entre US$ 100 mil millones y US$ 120 mil millones. Además, agregó
que es un producto que se podría comercializar internacionalmente con mercados
de alta capacidad de pago y que permitan generar un efecto multiplicador en el
desarrollo en las empresas. Ello confirma que el cannabis en general, y
específicamente el medicinal, es una de las grandes apuestas de nuestro país al
día de hoy.