El 25 de marzo el gobierno aprobó un decreto que regula
la situación laboral de los empleados dependientes de 65 años o más.
El Decreto establece que esta población –siempre que se
encuentren amparados ante el Banco de Previsión Social-, pueden permanecer en
aislamiento por el plazo máximo de 30 días.
Esta situación de aislamiento no es obligatoria, por lo
que el empleado podrá continuar concurriendo al trabajo.
Durante el tiempo que se encuentre amparado al subsidio,
el empleado no podrá trabajar para su empleador.
Conforme la norma, no podrían ampararse aquellos
empleados que pueden realizar las tareas desde su casa. En este caso, los empleados continuarán
cobrando su salario de su empleador.